viernes, 13 de marzo de 2009

AY PATRIA MIA!!!

Por Alfredo Casero

Todos respiramos con cariño cuando apareció Alfonsín en un 80 y pico lleno de Madonas, camperas con tachas, y pelos peinados en geometría directa a los cortes horrorosos de pelo que se hacía la gente en el mundo. Pero, para nosotros que estábamos lejos de la cultura Durán Durán, era la primera cura de un dolor y un trauma atroz que fue lo que pasó en los 71 hasta la Guerra de Malvinas.- Alfonsín apareció como el buen macho dominante, moderado y lejano del peronismo quilombero que terminó de asustar con la quema del cajón, que enarbolaba constantemente una combatividad, pero, no explicaba cabalmente hacia dónde, tapando la pelea constante de poder que sólo Perón pudo detener (otro gran padre, otro gran presidente, indiscutible). El dolor más grande de nuestro país, la alegría de la gente ante la caída de Isabel, que hoy todos niegan, la amenaza constante de las patotas, en fin, el negramente mágico mecanismo de muerte, que nos convirtió en lo que nos convirtió, y el pueblo atrás, ‘Ar-gen-tina, Ar-gen-tina, y los vítores a Galtieri, y el saludo a lo Pocho en la Rosada y toda esa mescolanza, como comida de perro de taller, que dejó 30.000 personas muertas, y que por supuesto faltan. Alfonsín aparecía como una especie de padre bueno, moderado, y simpático, de bigotes, sin ideas de revanchas, un buen abogado de Chascomús, un tipo al que uno le gustaría abrazar.
Entre otras cosas, Alfonsín debió ser moderado, tuvo las presiones de ser el primer gobierno en un país empobrecido por sus muertos, por el miedo al que estábamos acostumbrados, por la impunidad de los militares, que provenía directamente de la necesidad ‘de apagar la barbarie’. Cuando asumió Alfonsín, recuerdo haber sentido por primera vez la sensación de esperanza. La gente empezaba a militar en los partidos políticos y empezaba a creer que lo que había pasado no se repetiría. Dónde estará Aldo Rico hoy, levantando insurrectos con maniobras vomitivas? Qué habrá sido de Seineldín, y todos los militares mete-miedo, que ofrecían pelea aquella Semana Santa de mierda? Qué fue del ataque a La Tablada, y todas esas porquerías con las que tuvo que lidiar este buen hombre? Tengo un agradecimiento infinito al último presidente, que tuvo la altura, la pompa, el rango y la moral para serlo. Me duele muchísimo en el alma la foto de la Presidenta agarrándole la cara, como si fuera un viejo acabado. Me gustaría que supieras, si no lo conociste, seas peronista o no, que en él está el último gran radical, realmente un gran hombre, un excelente político, un momentáneo padre de los argentinos que estábamos rotos y vejados. Hacerle un monumento en vida, tampoco me gusta.
Te pido que busques por internet el discurso que Balbín, pronunció el día en que había muerto Perón, al lado de una Isabelita que no aflojaba la barricada. Balbín de la línea nacional, el más radical de los radicales decía:’ Este viejo adversario despide a un amigo (….)frente a los grandes muertos. Escuchalo y se te van a poner los pelos de punta, porque existían fuerzas políticas antagónicas en este país, y aunque tal vez bastardeada existía la ética política. Quién tendrá la altura para despedir a un gran presidente como Alfonsín, si el referente radical que tuvimos últimamente era un gagá balbuceante que llegó al gobierno por la deserción de Chacho Álvarez? Sea cual sea tu extracción, querido subtenauta, en ese hombre tenés al último político romántico que tuvo la Argentina. Así que, señora Presidenta, con todo respeto, no me lo toquetee tan fácilmente, porque de esa manera y con esa simple acción. Desmerece todo el homenaje que le hace a un buen guerrero ético que lo dió todo.-

Publicado por punto de encuentro.-

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